jueves, 24 de enero de 2013

Ocho formas de decir lo mismo



En algún momento del año 2012 mi amigo Alberto Salcedo Ramos me pidió, con vistas a un taller que daría en México, que escribiera algún consejo de trabajo o escritura para sus alumnos. Me puse a pensar y esto es lo que pude decir (y esto es lo que encontré ahora en mi casilla de mail, buscando otra cosa -uno siempre busca otra cosa).  

1. No intenten demostrar -en los textos, en las preguntas al entrevistado- que son inteligentes. No estamos para demostrar nada. Estamos, en el mejor de los casos, para mostrar.

2. Interpélense a ustedes con la misma severidad con la que interpelan (o deberían interpelar) al resto. Pongan sobre la mesa los propios prejuicios.

3. Usen el transporte público. No lleguen a las entrevistas en taxi o por autopista, porque se pierde información. El nuestro, hasta donde se pueda, es un oficio de a pie.

4. Ronden, miren, midan sus temas: vean qué espacio exige cada historia, y recién después -si hace falta- peleen por ese espacio. Escribir bien no siempre significa escribir largo.

5. Busquen un punto de contacto entre ustedes y la historia que vayan a contar. Ese cordón umbilical -y no el afán de dinero o de prestigio- es lo que nos mantiene unidos a la historia. A través de ese cordón la historia respira. Y respiramos nosotros.

6. No intenten salvar a sus personajes. Alcanza con que puedan nombrarlos.

7. Tengan una vida. Quiero decir: pídanle a la vida mucho más que la virtud de ser buenos cronistas.

8. Y, por último, no caigan en el cliché del Cronista Suspicaz que dice ahora -porque antes decía otra cosa- que la pobreza es el lugar común de la crónica. El lugar común de la crónica no es la pobreza sino la autocomplacencia. Huyan de ella como de la peste

5 comentarios:

Anónimo dijo...

"El lugar común de la crónica no es la pobreza sino la autocomplacencia". Brillante, Señorita Li. Un placer leerla, como siempre. Carlos.

Garriga dijo...

de a pie, cierto.
No sólo en la escritura
la autocomplacencia es un poco el triunfo de la muerte
es dejar de buscar
es aburguesarse
(iba a decir volverse viejo pero no, tal vez senil, porque se mantiene joven el que busca, cuando dejamos de buscar, ya, fue)

Anónimo dijo...

Estoy en primer año de periodismo y una de las profesoras nos recomendó este blog. Ya veo por qué.

Lola Martín dijo...

10 puntos para todo ejercicio creativo.

Lola, arquitecta docente

Lola Martín dijo...

10 puntos para todo ejercicio creativo.

Lola, arquitecta docente