martes, 30 de agosto de 2016

Selfie

Después de unas horas dejé el Word para abrir un archivo en pdf. Durante el segundo que tomó en abrirse el programa nuevo, la pantalla se puso gris y reflejó mi cara. Me vi con los labios apretados, el ceño fruncido y los ojos de un tiburón o de cualquier otro tipo de bestia al acecho. Se ve que así soy cuando escribo: una persona encantadora.