Esto que pasó es raro.
Intentaré ser breve.
En el 2005 me separé y con mi expareja vendimos el departamento donde estábamos. Lo compró un noruego llamado Vernon que había venido a pasar la vejez a la Argentina porque quería "escapar del frío". Vernon un día me llamó para que le explicara cómo se encendía el calefón. Fui. Le expliqué. Un tiempo después me enteré de que se había ahorcado colgándose, sí, del calefón.
Escribí esa historia en la revista Lamujerdemivida. Después me olvidé del asunto. Soy experta en escribir para olvidar. Pasaron los años. En el medio compré otra casa y me volví a separar. En fin. Nadie se suicidó aún. Cuestión que limpiando el Inbox de Facebook hoy encontré un mensaje sin leer que tenía ya unos cuantos años. Era de RZ, un desconocido, diciendo que vivía en mi antiguo departamento y avisándome que había llegado una revista a mi nombre. Le respondí a RZ, pues, agradeciendo su gesto, disculpándome por no haber respondido antes y echándole la culpa de todo al Facebook. Su respuesta, que llegó hoy -RZ no responde con dos años de atraso- decía lo siguiente: "No hay que buscarle razones a FB ya que no las tiene. Recuerdo haberte enviado un mensaje hace un par de años por una revista que llegó a tu nombre. Espero que estés bien. Nosotros ya incorporamos al fantasma de Vernon a nuestra familia".
Caramba.
Respondí en el acto.
"Madre mía, no sabía si sabían... No iba a ser yo la que te lo dijera. Eso fue tremendo".
Send.
Respondió en el acto.
"En realidad nos lo contaste. Mi esposa se enteró leyendo un artículo tuyo en La mujer de mi vida".
Así que bueno, después seguimos hablando. Pero no me acuerdo de ninguna otra cosa.
5 comentarios:
me atrae esta historia.
Muy interesante!
¿De qué se tratará la incorporación de Vernon a la nueva familia?
Abrazos!
Muy interesante.
¿De qué se tratará la incorporación de Vernon a la nueva familia?
Sólo esperemos que no ande comentando el uso que el dio al calefón.
Abrazos
Chau, que historia! By the way, excelente la nota de la última Orsai con Ángeles. Felicitaciones
Uy
Cuando la palabra impresa
se vuelve de carne y hueso
o espectro
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