miércoles, 8 de enero de 2014
Aire y luz
Estuve dieciocho horas sin luz. A la noche no dormí por el calor. Hoy tuve que encarar una jornada de escritura sin haber descansado ni un minuto. Estoy de pésimo humor. En la tarde fui a bañarme y a dormir media hora a la casa -"con aire y luz", como en los clasificados- de mi vieja. En el medio aproveché que a dos cuadras de ahí, en Alberdi y Lacarra, hay una sucursal de Edesur, y fui sólo para poder putear a alguien a la cara. Me pesaban los muslos: me sentía un caminante de Walking Dead. Afuera del edificio estaban la gendarmería, la policía federal y la prefectura, e incluso había un puñado de perros adiestrados. Es maravilloso cómo el Estado pone huevo cuando se trata de defender "lo que verdaderamente importa", esto es: el patrimonio empresarial. Adentro, en las oficinas de Edesur, estaba todo divino, acondicionado, fresquito. Alguien me recibió, puso gesto consternado, dijo la palabra "contingencia" y me dio un nuevo número de reclamo. Demoré con intención; quería quedarme charlando. Se estaba tan lindo en las oficinas de Edesur... Empecé a preguntarme qué pasaría si todos -todos, todos, todos- nos instaláramos con nuestras bolsas de dormir ahí adentro.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
¿Cómo serían los comentarios de la gente bien educada y principista si una orda de malhumorados entrara cual malón en unas desprotegidas oficinas privadas de Edesur?. ¿Y los titulares de la prensa republicana?
Imaginemos los comentarios de la gente bien educada y los titulares de la prensa republicana si una orda de malhumorados entrara sin obstáculos, cual malón enfurecido, a las oficinas de Edesur y rompiera todo. Imaginemos.
Pierda cuidado que si lo hicieran, en dos minutos se votaría una "ley de emergencia" que penalizaría gravemente a esos "vándalos ocupantes".
Publicar un comentario