Estoy en un negocio mayorista de Once. Venden mostacillas de colores. La única empleada renunció hace mil años. Alguien se acerca y me da cinco cajitas.
—Clasificá —dice—. Tenés tiempo hasta el viernes.
Empiezo, como dice Isak Dinesen, sin esperanza y sin desesperación.
Pero en el fondo sueño con cambiar de vida, y dedicarme a la escritura.
2 comentarios:
suena deprimente, lo de las mostacillas, señorita. Pero por què, tal vez, no pensar que esa es la prueba en la que nuestra concentraciòn debe emerger airosa y
poder asì, sobrevivir.
dedicarse a la escritura es ese momento en el que uno se sienta o de parado,( cada uno lo hace como puede) y va y escribe.
vivir de la escritura debe ser otra cosa, calculo, algo asi como acomodar mostacillas para obtener un redito.
el presente es todo.
lo demas es un modo de no estar en el presente.
el deseo de no estar, o el deseo
es lo que nos produce infelicidad
eso creo
señorita li,
buenos dias
¿Lograste cumplir tu sueño?
Publicar un comentario