Cati llegó a mis veintiún años. Yo vivía sola y quería que alguien me recibiera al abrir la puerta de casa.
Me recibió durante diecisiete años. Vivió conmigo todas las vidas que yo también tuve.
Este viernes 13 de septiembre, mientras caminaba por la casa, la vi escondida y tomé esta foto. No imaginé que estaba preparándose para morir.
También en esto los gatos son discretos.
Nos vemos, Cati. Te abrazo.
3 comentarios:
Me pasó algo leyéndote. No sé, me asustó el final, creo...
Oh, lo siento mucho. Yo perdí a mi gatita de 19 años la semana pasada y me llevó unos días superar la tristeza. Te acompaño porque sé lo que se siente. Besos.
Hermoso el relato y despedida
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