Después de escribir hasta torcerme los tendones
y sentir las yemas ni siquiera en llamas:
perdidas
idas
y hacer cuentas:
así pasó el cuarenta y cuatro por ciento de mi vida
haciendo en el teclado ruidos, ruiditos
de hormiga
pesadillas de pulga
después de eso pienso:
¿para qué?
para qué
realmente: para qué.
Quién se tragó esa tinta chica y dónde la dejó
cagada
en qué montículo de mierda
en qué resto está todo lo escrito
Y más: dónde va a quedar
lo que no escriba.
8 comentarios:
¿Y quién dice que sos una hormiga?
¿Podrías NO seguir escribiendo hasta torcerte los tendones?
(Ya me parecía: enhorabuena.)
para qué... qué pregunta, y sin embargo seguimos insistiendo, cómo es que lo tenemos tan claro y no lo sabemos....
Josefina, un saludo desde Colombia
un abrazo!
Josefina, seguiras en otro lado, de eso estoy segura(o al menos m egustaría).Exitos!
Una vez, pensé lo mismo pero de la lectura.
¿Para qué leo?
¿para qué?
para qué
realmente: para qué.
Y no supe responderme. Pero seguí leyendo.
Nunca les va a importar lo que escribas vos o lo que escriba otro.
Ellos no escuchan ruiditos, ven espacios que pasan de vacíos a llenos.
Por eso tenés que seguir. Porque escribís para vos y para otros.
Sin dudas, aunque sean los que paguen, nunca para ellos.
Por amor la vida misma, no dejes los ruiditos de hormiga, las pesadillas de pulga, porque no hay oidos sordos para tus "hormigas" y porque no son puqueñas las "pulgas" chupasangre que aterrorizas.
Desde Mexico te lo pido.
Esos ruiditos pueden servirle tanto a quien menos esperas, lo más seguro a quienes nunca conocerás. Al final tiene sentido.
: (
Es por lo de Crítica?
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